Hace unos meses a Rachel Pighills, de 33 años, los médicos le detectaron una extraña condición que hace que su cerebro se le esté hundiendo hacia le cuello.
Esto está causando una compresión severa del tronco encefálico y básicamente, si ella moviera bruscamente la cabeza demasiado hacia el lado derecho, podría costarle la vida.
La condición es conocida como invaginación basilar, pero la británica también padece otros males, como inestabilidad atlantoaxial, una compresión de la médula espinal que dificulta mover el cuello, platibasia, que es aplanamiento de la base del cráneo, síndrome medular cervical, escoliosis e hidrocefalia, entre otros.
Se desconoce qué lo causó pero ahora el cuello de Pighills no puede soportar el peso de su cabeza, y tampoco puede moverla a la izquierda.
"[Mi cabeza] se disloca parcialmente cuando la giro hacia la izquierda. Si se disloca por completo, eso sería decapitación interna y moriría al instante", dice ella a la BBC.
Por el momento debe usar un collarín para prevenir cualquier movimiento en falso, además de que le sirve para evitar una pérdida de masa muscular.
La solución definitiva serían dos operaciones, una para extirpar un hueso de la vértebra que actualmente comprime su cerebro, y la segunda para fusionar el cráneo con el cuello, operación que sólo tres cirujanos en el mundo están calificados para realizar.
El costo está cercano a los 175 mil dólares, casi 3 millones y medio de pesos, por lo que Rachel y su familia han abierto una cuenta en el sitio de donaciones GoFundMe, esperando reunir el mayor dinero posible para conseguir pagar el procedimiento quirúrgico.